Uno de los más exitosos en este periodo navideño de relax doméstico son los fuegos de chimenea. Que mejor sensación que completar el ambiente de nuestro salón o nuestro rincón favorito de la casa con varios troncos de madera ardiendo y crepitando dentro de nuestra ficticia chimenea. Una elección ganadora que también es magnífica como fondo visual y sonoro de una cena familiar o entre amigos o como acompañamiento de una relajada charla.
La fórmula es un éxito no solo en la completísima oferta de Moods con Alchimie sino que se han disparado las descargas y visualizaciones en plataformas como Youtube o Netflix.
Parece claro que todo lo que ayude al relax y a la contemplación cotiza al alza en estos tiempos extraños.
Una fórmula que por otro lado no es novedosa pues parece ser que la primera experiencia de emisión televisiva de un fuego de chimenea con objetivos relajantes ya se produjo en 1966 cuando el canal WPIX incluyó en su parrilla de Navidad este programa como parte de la oferta de la Nochebuena de los neoyorquinos de la época.
Varias son las teorías que explican la sensación placentera derivada de la contemplación de estos fuegos de chimenea. Desde la que remite a la atávica relación con el fuego de los hombres prehistóricos y que permanece en nuestro ADN de modo inalterado desde la noche de los tiempos, a aquellas explicaciones que conectan con la biología y el estudio del comportamiento de nuestro cerebro.
Este tipo de imágenes se relacionan con comportamientos meditativos como los que se generan cuando centramos nuestra atención en la frecuencia de nuestra respiración y que trasladan una sensación de calma real. Desde el punto de vista de la psiquiatría estos fenómenos de contemplación proporcionan bienestar estimulando la liberación de dopamina que se asocia con la felicidad y reduciendo las moléculas y hormonas relacionadas con el estrés y la adrenalina.
En resumen, una magnífica experiencia de video e imagen que complementa la variadisima oferta de Alchimie en el proyecto de TVPlayer en España.