La llegada de las redes sociales y el éxito de los canales de comunicación y entretenimiento vinculados a los grandes gigantes tecnológicos americanos, como el caso de Youtube, han cambiado desde hace más de una década el patrón con el que nos comunicamos y recibimos información.
La bidireccionalidad y la interactividad en los mensajes se han unido a la proliferación de información dentro de la red y las plataformas sociales creando una inmensa paradoja: nunca en la historia de la Humanidad hemos recibido tal cantidad de información, pero tal vez, y solo tal vez, nunca hemos estado tan mal informados.
La sustitución de los medios de comunicación clásicos por las nuevas tecnologías es una evidencia en la época de la post verdad. La dificultad de chequear y contrastar las fuentes de los mensajes que recibimos y la motivación de los mismos ha hecho que nos adentremos en una época en que cada noticia es puesta en cuestión y puede ser entendible desde puntos de vista contrarios en muchas ocasiones.